Alfonso VIII 

Excelente hotel. Excelente ubicación. No me gustó la atención en el restaurante. Tira todo para atrás. Deberían enseñar trato con los demás.

Buen hotel. Nuestra habitación un poco justa de espacio. El baño correcto. Las camas muy cómodas, muy buenas vistas al parque, y al fondo Cuenca. El hotel es tranquilo, y no tuvimos ruidos, y eso que creo que había una boda, y la ventana es a la calle principal. El restaurante del último piso merece una visita a la hora de la comida para disfrutar de las vistas y de su buena cocina. El parking concertado en la plaza de al lado es cómodo y de plazas amplías. Un poco de lío al meter la primera vez el coche, pero nos ayudaron desde el interfono, y el resto de dias entramos y salimos con el coche sin problema. Desde luego que repetiremos.

Le pongo una estrella porque no le puedo poner cero. Nada más llegar, nos encontramos una habitación CONGELADA, a catorce grados. Le dimos tiempo a la calefacción y conseguimos que en seis horas subiese un grado. Nos alojamos con un bebé y, tras no poder ni quitarnos los abrigos, solicitamos una solución. La solución fue un radiador como el que adjunto en las imágenes. Ridículo para un hotel de tres estrellas y cobrando casi 80 euros por persona (Solo alojamiento). No pudimos ni bañar al bebé del frío que hacía. La habitación con unas vistas increíbles a un patio sucio y lleno de extractores. También adjunto fotos. La accesibilidad de cero con un carro. Hay escalones para acceder a los ascensores de las habitaciones. En resumen, no se alojen aquí. Hay hoteles mejores y con menos estrellas.